Poema Diamante.

El deporte más lindo.


Fútbol
garra, pasión
jugar, mirar, practicar
niños, niñas, empresas, dirigentes
privar, contaminar, ensuciar
quebrantar, matar
sociedades anónimas.

Limericks

Adrián el niño de cristal
anoche se perdió en la capital
aquella tremenda hazaña
tan solo por una patraña
el pequeño oriundo de Tal Tal.

La Noche de los feos

El texto motiva al lector a colocarse en el lugar de alguno de los dos personajes y sentir en carne propia esa realidad que no es la propia, para situarse y empaparce con el relato del texto. Lo feo tiene connotación cultural; la no aceptación por parte de una colectividad, de cualquier cultura, de las diferencias que muestran algunas personas en comparación a las otras. El tema de la belleza es una gran tópico en todas las culturas, debido a la subjetividad de ésta, siendo también la belleza algo personal ya que lo que a mi me parece bello a mo novia le parece feo.

Las descripciones, crudas, fácilmente visualizables, producen el efecto de un buen relato.

El lector o lectora convertido en el feo o en la fea, vivenciará un drama singular. Al final, al regresar a su "realidad real", confirmará que en su ser algo a cambiado. Un hombre y una mujer con un lugar común inicial: su extrema fealdad, exploran la posibilidad de realizar su respectivo sueño de amor; eligen la extrema sinceridad, acompañada de una actitud práctica para tomar decisiones sobre sus vidas. Al interactuar, descubren que se asemejan en otras cosas, tales como su baja autoestima, el resentimiento hacia los demás, incluidos los otros feos, su soledad y la sorprendente solidaridad mutua. El resultado es la unión de estos dos seres con opción de un amor duradero, entre otras cosas, por la asombrosa aceptación recíproca de sus respectivas fealdades.

Haikú

Estar contigo es

la alegría que
inunda mi ser.

“Mala Onda”

Alberto Fuguet nació en Santiago de Chile el 7 de marzo de 1964. Es increíble, pero con el también afloraba el alma de un niño que soñaba ser estrella de rock, quien desconocía el espíritu literario que llevaba dentro. En 1989 editó su primera publicación: "Sobredosis", título que lo dio a conocer en el mundo de las letras con una selección de cinco cuentos que tratan de los problemas juveniles chilenos de fin de siglo. Entre junio de 1989 y mayo de 1990 trabajó para el diario "El Mercurio" en el suplemento "Wikén". En él publicaba semanalmente la columna titulada "Capitalinos". Este mismo año la recopiló y dio a conocer como un libro titulado "La azarosa y sobreexpuesta vida de Enrique Alekán". Un año más tarde, en 1991, publicó su primera novela que denominó "Mala Onda" donde relata una semana de la vida de Matías Vicuña, un adolescente rebelde en medio del plebiscito de 1980.

La historia relata sobre un adolescente de la clase alta en la década de los “80”, el cual se va de gira de estudios a Río de Janeiro, el nombre del protagonista es Matías Vicuña, el cual ve este viaje como una manera de poder escapar de la opresión que sentía en su país debido a la situación política de la época, y disfrutar así según el de un carrete sin límites, donde el toque de queda no fuese un impedimento en su diversión.

Matías no estaba contento de volver a su ciudad natal; después de tanto placer y libertad, una vuelta a la represión y al encierro, no le hacían mucha gracia, pero ya de vuelta en Santiago, Matías siguió con su rutina habitual: noches llenas de alcohol, con sus amigos. Pasando por el Juancho´s, un bar al que ellos iban. Allí trabajaba Alejandro Paz, el barman, y amigo de muchos. Él gustaba muchisimo de la cultura Norteamericana. Leía sus revistas, se mantenía muy informado sobre lo que allí pasaba y soñaba con que algún día estaría allá.

Cierto día surgió la idea de ir por el día a Reñaca; irían al departamento de Matías, su padre ya se había prestado, y partirían después del bautizo de su sobrino; Felipe Iriarte. Lo pasaron a buscar a la salida de la iglesia y partieron Cox, Lerner, Matías, el Patán y el Nacho. En Reñaca se encontraron con la Maite, la Pía Balmaceda y la Flavia Montessori. Llegó también Papelucho con su amigo el Rusty, quien causó sensación entre todos los presentes, menos en Matías, quién con su presencia se fue sintiendo cada vez más relegado del grupo, hasta que finalmente decidió abandonarlos. Y regresar a Santiago por su cuenta.

Matías decide no ir a clase, impactado por el libro que le prestó el Alejandro Paz: “El Guardián en el Centeno”, de Salinger. Matías, se sintió plenamente identificado con el protagonista Holden Caufield. Matías necesitaba alguien con que hablar y comentar el libro. Toda la mañana intento ansiosamente de ubicar al Paz, pero este no se encontraba. Se junto con la Flora Montenegro (su profesora de castellano) en un restorán naturista. La Flora le dice que el libro es muy juvenil, muy obvio. Matías se va un tanto desilusionado después de esta conversación a su casa. Al llegar a ésta, su mamá lo manda al Jumbo Bilbao a comprar con su padre provisiones para la fiesta que ella daba esa noche.

En la fiesta, el ambiente se empezó a poner un poco denso. Los invitados se empezaron a emborrachar y empezaron a actuar de acuerdo con sus sentimientos. Su madre, tomada de la mano del Tío Sandro; su padre observaba toda la situación sin ni siquiera molestarse. Cuando llegó la comida, Matías hizo uno de sus comentarios acerca de la comida, ofendiendo a uno de los invitados. Matías se enfrenta con su madre y decide irse de su casa. Antes de hacerlo, va por sus anteojos, el libro de Salinger, un cheque en blanco de su padre, algunos Valium y unos cuantos gramos de coca, que tenia su padre.

Después de dar muchas vueltas en micro y recorrer Santiago, tratando de entrar a algún bar, sin lograr un buen resultado, termino alojándose en el CITY HOTEL, gastando mucho dinero al igual que Holden Caufield.

El padre de Matías le cuenta la triste historia de que su madre se fue a Buenos Aires con el tío Sandro y que sus hermanas se fueron donde la Pilar, por lo que él se encontraba solo. Ambos deciden finalmente vivir juntos en el departamento.

El profesor del siglo XXI

Sin duda alguna en los tiempos actuales al igual que a lo largo de la historia el rol docente es un factor de gran importancia en la educación de las nuevas generaciones, es por esto que la labor docente debe ir enfocada hacia el mejor desarrollo de nuestros alumnos teniendo en cuenta que no podemos quedarnos estancados en técnicas obsoletas de hacer nuestras clases, ya que cada vez las generaciones van evolucionando y más aún pensando a cada alumno como un ente único, con un ritmo de aprendizaje y necesidades diferentes a las de otros compañeros, es por esto una interrogante a los estudiantes de educación ¿por qué estudiar pedagogía en el siglo XXI?
Uno de los factores a tomar en cuenta en la decisión de por qué estudiar pedagogía es la vocación, creo que este aspecto es de gran importancia al momento de elegir esta carrera, debido a que, por nuestras manos pasarán el futuro de nuestra sociedad, los futuros profesionales, y que mejor instancia para fomentar valores, que sean seres pensantes, y conscientes de sus capacidades, por otra parte al elegir alguna carrera de pedagogía en el siglo XXI, estamos tomando una gran responsabilidad, debido a todas las problemáticas que enfrenta la educación actualmente nos hace a nosotros, los futuros profesores el plantearnos metas que en algunos casos se ven como tan básicas y que otras carreras no se ven enfrentados, como lo es el ámbito emocional, en este caso el docente se ve enfrentado en muchas ocasiones a suplir el puesto de padres y madres que por uno u otro motivo no lo hacen, pasando a ser el profesor un agente de apego en los alumnos, pasando así de ser un modelo tanto como docente y en el ámbito personal.
Muchas veces se critica que en las carreras de pedagogías hay gente que llega simplemente porque no alcanzaron los puntajes para la carrera deseada, o ven en la carreara un tipo de salvavidas, pero también están los casos de personas, dentro de las cuales me incluyo que la pedagogía es algo que vas más allá de un trabajo o una profesión, es el sentido social, la importancia que realmente merecen las carreras de pedagogía pensando en el trasfondo que esto implica, es por esto que muchas personas fracasan en carreras de pedagogía, o peor aún hacen fracasar o niegan a los alumnos la posibilidad de tener buenos profesores y así crear un círculo vicioso que hoy en día en nuestro país tiene a la educación por el suelo, tanto es así que hasta el nivel de los profesores que están egresando actualmente es muy bajo, entonces lo que se debe buscar hoy en día es un compromiso con las carreras y con justa razón encuentro que se implementen pruebas como “inicia” para saber realmente de qué forma estamos preparados para el ejercicio docente.